Hace 22 años de mi primera estancia en El Salvador

La labor que está realizando ASOL y ANADES, es una hermandad muy bonita

23 de marzo 2020

He estado en El Salvador durante 4 meses, colaborando en los diferentes programas que ANADES y ASOL tienen en El Salvador. Esta estancia ha sido posible por medio de una beca del programa Valencia Coopera de la Universitat Politécnica de Valencia. La mayoría del tiempo estuve colaborando con el Programa de Sostenibilidad, fundamentalmente en La Finca Agroecológica San Jorge.

Estuve viviendo en Antiguo Cuscatlán, municipio de El Salvador, pero me desplazaba todos los días a ANADES, en San Ramón, a 45 minutos de mi casa, y una o dos veces por semana me desplazaba a la Finca Agroecológica San Jorge para ayudar a promover el turismo en la finca, colaborar con las medidas de actuación en caso de accidente, poner los rótulos de señalización en toda la finca y las áreas de alrededor. Colaboré con algunas actividades dentro de la finca, por ejemplo, moler y empaquetar el café, también colabore en la creación del nuevo logo para la viñeta del café Tazulá, entre otras actividades.

Hace 22 años de mi primera estancia en El Salvador

Nací en Colombia, pero vivo en España ya hace 13 años, por lo que mi corazón esta partido en dos. No puedo negar ni esconder mi esencia y acento latino y tampoco puedo esconder alguna palabra española que me sale de vez en cuando. Por lo que, cada vez que estoy en un país de Latinoamérica y/o Centroamérica me siento como en casa. Esta estancia me ha hecho conectar con la cara más bonita y profunda de El Salvador, y lo que es mejor, de los salvadoreños. Haber compartido cada día, cada hora, cada minuto y cada experiencia con cada uno de ellos, me ha ayudado a quitarme las creencias que quizás muchas personas podemos tener, al venir de fuera. Los salvadoreños son personas muy humanas, solidarias y muy resilientes, han pasado por muchas experiencias, unas menos buenas que otras, ahí siguen, al pie de la lucha para hacerle frente a la vida y regalarnos a los que venimos de fuera una sonrisa pura y desinteresada, que solo ellos saben darnos.

Hace 22 años de mi primera estancia en El Salvador

Estoy muy agradecida con El Salvador, con los salvadoreños, con ANADES, con ASOL, con la UPV y con la Vida, por haberme dado la oportunidad de forma parte de esa experiencia, me quedo con los momentos, con las risas, con las lágrimas de despedidas, con cada momento, con cada persona que conviví allí. El Salvador es eso, su cultura, sus costumbres, su gastronomía, sus paisajes, sus proyectos de Cooperación y Desarrollo, sus palabras, sus dialectos, sus risas, pero sobre todo, me llevo a su gente en el corazón, cada uno de ellos y ellas, me regalaron otro capítulo, para este libro llamado Vida.

Por último, decir que la labor que están realizando ASOL y ANADES, es una hermandad muy bonita, la cual, gracias a la fuerza y la fraternidad que tienen ambas pueden ayudar a muchas personas día a día, y crear puentes que son necesarios entre estos dos países, gracias a su compromiso y colaboración entre ambas, generan un cambio de conciencia colectivo bastante significante para la humanidad, y esto, desde luego, es de admirar. Gracias.

Ana González CastroAna González Castro
Voluntaria cooperante

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