14 de febrero 2020
Desde el domingo 10 de febrero, nos están llegando a las diferentes personas de ASOL información de nuestras amigas y compañeras de El Salvador sobre la situación que se está dando en su país que, de alguna manera, es nuestro y nos produce inquietud y dolor.
Sabemos que el actual presidente del país, Nayib Bukele que tomó posesión en mayo de 2019, venía aplicando lo que él llamó en su toma de posesión “El Salvador necesitaba una medicina, medicina amarga” y es la que está aplicando, con la congelación de salarios, recortes en la salud, educación, en las ayudas a personas adultas mayores, despidos improcedentes, etc.
Sin embargo, lo que ha levantado las alarmas ha sido la toma de la Asamblea Legislativa por el Presidente acompañado por la Policía Nacional Civil y el Ejército, tomándose lo que se denomina el Salón Azul y militarizando los alrededores de la Asamblea Legislativa.
De todo lo que hemos recibido, nos parece que aclara bastante, el artículo que acompañamos con esta nota de Joaquín Samayoa, economista y analista político, salvadoreño.
Por las informaciones recibidas, sabemos que ha habido movilizaciones de estudiantes, artistas, juventudes populares y el sábado 15 de febrero varias organizaciones populares están convocadas a una concentración en contra del miedo y el militarismo por la democracia y la Paz que viene siendo tan frágil en el País.
Desde ASOL nos unimos a este pueblo manifestando nuestra solidaridad.
Junta Directiva ASOL
El Salvador: Mensaje breve a quienes apoyan la actuación de Bukele
Opinión Joaquín Samayoa 11/02/2020
Respondo brevemente, con un solo comentario, a algunos que han opinado avalando la actuación del presidente.
(1) infórmense antes de opinar. Lo que no le han querido aprobar al presidente es un préstamo que contiene propósitos sin justificación. Se le aprobó todo lo que pidió para seguridad pública en el presupuesto general. El préstamo que no se ha aprobado incluye un buque bastante caro (sin que haya explicado por qué es tan necesario), unos helicópteros (que son mal negocio para El Salvador); y unas luminarias (¡la única empresa que retiró bases de licitación es la que pagó el viaje de Osiris a México en avión privado… huele mal !!). Entonces, no es como el presidente lo pinta, que la Asamblea Legislativa (AL) está socavando su trabajo en seguridad pública.
(2) La Constitución le da a la AL la función de examinar, aprobar o rechazar las iniciativas de endeudamiento externo del Ejecutivo; si no existieran controles de poder entre los órganos del estado, la corrupción y los abusos serían aún peores de lo que han sido.
(3) Es inaceptable en una democracia que el Ejecutivo invada y trate de imponer su voluntad a otro órgano del Estado. No es la primera vez que la AL o la Corte Suprema de Justicia ponen límites al ejercicio del poder presidencial; para eso existen. Si cada vez que eso ocurra el presidente va a crear una crisis nacional, estamos realmente mal. Nuestro sistema de gobierno no es una monarquía absoluta.
(4) el peor favor que se le puede hacer al presidente y al país es tolerar las arbitrariedades y los abusos de poder. Esa es la forma más rápida y efectiva de pavimentar el camino a la tiranía.
Artículo publicado en Tercera Información